
Así me siento yo, como Superwoman.
Tengo que llevar una casa, mantener una niña, estar guapa (no sé para quién, como no sea para mi misma), pagar todo lo que se pueda pagar y más....y encima, aguantar a un Clark Kent (no a Superman, por supuesto).
Pues Superwoman se ha cansado ya.
Se ha cansado de consentir que la ropa esté sin lavar en el cesto de la ropa sucia, y por supuesto, de hacer que por arte de magia aparezca en el armario planchadita, doblada y colgada en su percha.
Se ha cansado de idear menús que no sean repetitivos, ni engorden, y también de cocinarlos. Y de dejar la cocina ordenada y limpia, los cacharros fregados....
Se ha cansado de tener la casa ordenada, limpia, preparada para que puedan venir visitas a cualquier hora del dia o de la noche. Y de tener siempre gente a comer con el plato preparado en la mesa cualquier dia de la semana.
Se ha cansado de arreglar las cosas que pueden fallar en una casa, la campana no funciona, las bombillas se han fundido, podríamos pintar las paredes, colgar cuadros,...de hacer de "arreglatodo"
Se ha cansado de ir a trabajar miles de horas al día (vale, el dia no tiene mil horas, pero lo parece) y encima llegar a casa poniendo buena cara y disimulando su cansancio.
Se ha cansado de pagar los caprichos de Clark, de financiar su mala financiación, y de dar créditos a largo plazo (a infinitos años) y de grandes cantidades.
Se ha cansado también de tener que idear dónde se puede ir a dar una vuelta el fin de semana, porque por supuesto el trabajo de Superwoman es 24 horas al dia, 7 dias a la semana, 365 dias al año, sin vacaciones y sin pagas dobles. Y aqui no hay reforma laboral que valga, tengo dos trabajos (el pluriempleo está contemplado en algún convenio colectivo?), el de 40 horas por semana remuneradas y el de Superwoman, por supuesto sin remunerar. Y sin indemnizaciones, ni de 30 días, ni de 8, ni con preaviso de 15 días por despido...Porque eso si, no existe el despido!!!!
Se ha cansado de tantas cosas que ya no sabe si descansará algún día. Una pena, pero es la realidad, mi realidad, y la de muchas otras mujeres trabajadoras. O sea, que viva la reforma laboral (para los que la tengan)